Cualquier estrategia para hacer frente a una pandemia de gripe debe basarse en el conocimiento y las herramientas disponibles en el momento en que puede ocurrir una epidemia. En el corto plazo, cuando carezcamos de un suministro adecuado de vacunas y medicamentos antivirales, las estrategias que dependen del distanciamiento social y las barreras físicas serán relativamente más prominentes como medios para prevenir la propagación de la enfermedad. El uso de respiradores y mascarillas es una parte clave de una estrategia más amplia para establecer barreras y aumentar la distancia entre individuos infectados y no infectados. Los respiradores y las mascarillas pueden desempeñar un papel tanto en la atención clínica como en la comunidad.